domingo, 30 de octubre de 2011

120 años de esfuerzo y dedicación en la búsqueda de un mundo justo y humano

ESCRITO POR: María Camila Becaría Rodríguez

Había una vez en una ciudad pequeña llena de bosques y parques en un país de lindos paisajes y gente trabajadora por los años de 1891 en las casas de sus pobladores se disfrutaba por primera vez de un delicioso chocolate y se cambiaban las velas y candelabros por la luz eléctrica que iluminaba las noches de los pobladores.


En esta ciudad había un grupo de mujeres religiosas que su misión era formar y educar a las niñas de esta población; en mujeres de bien con virtudes y valores llevando el mensaje de amor de Jesús a quienes serian las mujeres de familia de esta ciudad bonita. Estas jovencitas realizaban sus estudios con bastante responsabilidad a pesar de las dificultades económicas y sociales de esta época. Las hermanitas de la Caridad Dominica enseñaban a sus alumnas a dedicar su vida al servicio a los más desfavorecidos para que se aprendiera el valor del servicio al prójimo. Estas hermanitas no se daban por vencidas a pesar de las dificultades su misión educadora traspasaba las ganas de formar mujeres dispuestas a hacer el bien y que ellas aprendieran siempre “Haciendo”.



En esta ciudad empezaron los progresos en las tecnologías, en la industria, las comunicaciones, el sistema financieros como los banco. Las hermanitas de La Presentación construyeron su primer edificio con su capilla y una escuelita en su misión social. Más adelante quisieron iniciar su labor desde las niñas más pequeñas y formar un Kínder. La educación del Colegio era individualizada o personalizada. Las alumnas realizaban sus actividades con el lema “Aprender Haciendo” los gobernantes de la ciudad bonita aplaudían y admiraban la labor de las hermanitas dominicas ya que se notaba el trabajo por cambiar la sociedad a una sociedad más humana.

En el año 1.985 comenzó a estudiar en la institución una niña a la que le gustaba aprender exigiéndose todos los días conocer, valorar, sentirse dueña de sí, capaz de ser autónoma, le gustaba investigar y el trabajo constante. Hizo sus estudios desde el kínder hasta el bachillerato cumpliendo con todos los requisitos de una alumna presentación sus valores eran enenmarcados en Piedad, sencillez; trabajo y solidaridad. Salió de la institución a sus estudios universitarios formo una familia de cual nació una niña muy juiciosa y cariñosa quien ingreso a estudiar en el colegio de la presentación donde hasta la fecha ha realizado sus estudios con gusto y con ánimos de ser una mujer trabajadora y emprendedora.


Esta niña soy yo; Maria Camila Becaria Rodriguez; estudio en el grado segundo B y estoy orgullosa de hacer parte de esta búsqueda de un mundo más justo y humano que emprendió desde la historia Marie Pousepin y seguir siendo gestora de obras a servicio de mi linda ciudad Bucaramanga. Amo a mi colegio porque me ha enseñado a ser una persona de bien; cuento con profesores con un alto nivel académico que me enseñan a ser alumnos de fuertes con valores éticos, morales y culturales, por medio de una educación personalizada.

Sé que más adelante creceré dentro de mi colegio, mi segundo hogar, y saldré a seguir mis carrera estudios profesionales y formar una nueva familia que con esfuerzo y dedicación lograré que mi nuevo hogar continúe como desde los inicios, desde hace mas de 120 años, laborando por un “mundo justo y humano”.



Y colorín colorado este cuento no ha terminado………

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